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Cubo Mini de Texturas

$81.00

Cada pieza consta de dos cubos de tela de 5 centímetros por lado, formando dados que se encuentran unidos por una agujeta amarilla de 10 centímetros de longitud.

Uno de los dados tiene en cada cara una textura distinta: Afelpado amarillo, pana roja, mezclilla azul, toalla naranja, nylon verde y algodón multicolor.

El otro dado tiene tres colores en cada lado opuestos entre si en tela de belur que brilla al contraste con la luz (tipo tornasol).

Rellenos con hule espuma de alta resistencia, los cubos didácticos tienen un dulce cascabel en su interior que resuena como ningún otro.

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Descripción

Descripción física

Cada pieza consta de dos cubos de tela de 5 centímetros por lado, formando dados que se encuentran unidos por una agujeta amarilla de 10 centímetros de longitud.

Uno de los dados tiene en cada cara una textura distinta: Afelpado amarillo, pana roja, mezclilla azul, toalla naranja, nylon verde y algodón multicolor.

El otro dado tiene tres colores en cada lado opuestos entre si en tela de belur que brilla al contraste con la luz (tipo tornasol).

Rellenos con hule espuma de alta resistencia, los cubos didácticos tienen un dulce cascabel en su interior que resuena como ningún otro.

Material Tela
Aportaciones para el desarrollo

(elaboradas por nuestros expertos)

Los juguetes didácticos de texturas sirven sobretodo para estimular el tacto en los pequeños (o en los más grandes).

Tanto la piel como el cerebro tienen en común que se originan en la capa ectodérmica del embrión, es decir tienen el mismo origen embrionario, esto hace que compartan características pues su origen es el mismo. Por lo tanto, en cuanto a desarrollo embrionario, podríamos decir que la piel es la parte superficial del cerebro.

Dejémoslo claro: Estimulando la piel, estimulamos el cerebro.

Los niños que son abrazados, que se les da contacto directo en la piel, que tienen tiernos masajes, desarrollan más sus capacidades cerebrales.

El masaje con diferentes texturas ayuda a despertar la conciencia de los bebés tanto como a recuperar habilidades cerebrales perdidas (uso en terapias de recuperación de embolias por ejemplo), cada que dé masaje con las texturas del cubo, verá que los bebés se emocionan y reaccionan ante ello, con lo que despiertan su conciencia y están dispuestos a recibir más; en contraparte, como han recibido más estímulos, tienen que procesarlos y eso solo se puede lograr mediante el sueño, por lo que acaban durmiendo más.

Como sabemos, la piel es el órgano más grande del cuerpo, pero además, el peso de la piel del recién nacido es el 13% del total del peso de su cuerpo mientras que en un adulto es apenas el 3%; con lo que la importancia que demos al desarrollo de la piel de los pequeños será mucho mayor.

Es importante resaltar que el masaje de las diversas texturas de este cubo puede hacerse en cualquier parte del cuerpo, sin embargo se identifica a las palmas de las manos y de los pies como cúmulos de terminales nerviosas, tales como la espalda, las rodillas y la cabeza.

El masaje ideal es el que brindas con tus manos y alguna crema o aceite para bebés sobre su piel. Sin embargo, el masaje con texturas favorece la estimulación del sistema nervioso central al reconocer las diferencias en la textura de los objetos que frotes sobre su piel.

Los cubos sonajeros son, ante todo, un juguete didáctico que ayudan a desarrollar la psicomotricidad gruesa (en lo que comprende la coordinación segmentaria), la coordinación óculo motriz, la coordinación óculo manual, la coordinación interhemisférica o bilateralidad del cerebro y es, en esencia, un material didáctico que sirve para estimular el tacto del bebé.

Con este juguete educativo los niños son estimulados visualmente por los colores vivos de los dados, adicionalmente; al moverlos, tendrán estimulación auditiva con el suave y particular cascabeleo proveniente de su interior. Ésta combinación ocasiona que los niños se interesen por los juguetes y se familiaricen con ellos.

Al ser juguetes atractivos, los niños los buscan y los toman con las manos, con lo que fortalecen la fuerza de prensión de sus manos, facilitándole el progresar en este sentido hasta alcanzar a sostener objetos lisos en su (s) mano (s) sin que se le caigan (por ejemplo la mamila o más adelante un vaso).

De manera particular, el cordón de los minicubos hará que los recién nacidos puedan tomarlos con su mano y agitarlos cuanto quieran, ya que aunque tengan las manos cerradas pueden tomar los minidados por el cordón sin temor a golpearse pues son muy suaves.

Una vez en sus manos, oirán el cascabel, por lo que provocará su curiosidad y ánimos de probar una y otra vez lo que acaba de hacer, es decir, al mover el juguete oirán el sonido, lo que provocará que lo vuelvan a mover y así. A esto le llamamos una conciencia de acción-reacción: si muevo el cubo, sonará el cascabel.

Estos simpáticos juguetes educativos estimulan la coordinación óculo motriz, es decir que al ser atractivos y sonar, cuando movamos el dado, los nenes seguirán el juguete con la mirada.

La coordinación óculo-motriz llevará a los niños a hacer lo mismo (mover ellos el cubo con su mano), por lo que estimulará la coordinación óculomanual o coordinación ojo mano, es decir, los niños moverán un objeto con su mano y lo seguirán con su mirada.

(Definición) Si bien la psicomotricidad gruesa es el movimiento que realiza el individuo con todo el cuerpo, al movimiento de un solo grupo de músculos se le denomina coordinación segmentaria. Precisamente esta forma de mover el cubo de texturas es la que usará un niño de 6 meses a 2 años (dependiendo sus oportunidades de desarrollo), hasta controlar el movimiento de sus manos promoviendo el control de la coordinación segmentaria.

En el mismo tenor de la psicomotricidad gruesa, los cubos se pueden apilar, para lo cual los niños usan las dos manos, fortaleciendo ésta área de la psicomotricidad.

Por lo atractivo de los dados, los niños se estimulan a moverse buscando alcanzarlos, primero estirándose solamente para alcanzarlos, posteriormente reptando en el suelo o en la cama, luego levantándose, después gateando y finalmente caminando para alcanzar a estos promotores del desarrollo psicomotriz.

Al jugar con los sonajeros, naturalmente los tomarán con las dos manos; posteriormente llega el momento en que de una mano tomará la sonaja con las dos manos y luego acabará en la mano que originalmente estaba vacía, es decir, que habrá pasado el sonajero de una mano a otra; a estas actividades descritas se les llama coordinación psicomotriz interhemisférica o coordinación bilateral.

Profundizando un poco al respecto cabe aclarar que los movimientos del lado derecho del cuerpo son controlados por la mitad  izquierda del cerebro y viceversa, por lo que al pasar su juguete de una mano a la otra (si bien a los adultos nos puede parecer un movimiento muy simple) significa usar al mismo tiempo los dos hemisferios del cerebro y no solo eso sino coordinarlos entre sí para un solo objetivo, de manera práctica, podemos citar que al desarrollar esta habilidad el infante podrá pasar cosas de una mano a otra sin tirarlas; esto, en la vida diaria, es un logro enorme.

Edad recomendada 0 meses a 4 años.

[link: “Ver observación a las edades marcadas de los juguetes”]

Apuntes sobre calidad

Éste es un producto único y de la mejor calidad que pueda encontrar en el mercado.

Hay varias alternativas en el mercado con respecto a las texturas, sin embargo, ninguna guarda y perfecto contraste entre ellas, ni tienen la viveza de los colores que maneja la marca Jesoso.

Todos los productos Jesoso son lavables para evitar que guarden polvo o ácaros y las telas son escogidas por ser las más hipoalergénicas en el mercado, lo que convierte a estos juguetes de estimulación temprana en los ideales para su bebé.

En resumen, los niños los pueden llevar a la boca, los pueden jalar morder, chupar y demás, con toda confianza y con total seguridad.

Procedencia México
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Instructivo

Coloque el cordón que une a los dos minicubos en la palma de la mano de su bebé y ciérrela a manera en que sujete el cordón. Al oír sonar los cascabeles, su hijo moverá los minicubos… deje a su hijo y observe. En caso de que los suelte, repita la operación.

Cargando a su hijo llévelo hasta tener al alcance los cubos (verá como abre la palma de su mano para intentar prensarlos) deje que los tome y levántelo. Normalmente para este ejercicio es necesario inclinar un poco a los niños hacia adelante.

Tome el cubo de texturas y llame la atención de su pequeño moviéndolos suavemente en alguna dirección, provocando que les siga con la mirada (estimulación óculomotriz).

Muestre la cara de cada dado y dígale al pequeño el color que le está mostrando.

A edad temprana, los bebés se la pasan el día con las manos cerradas (en puño) frote de la muñeca hacia las puntas de sus dedos los lados del cubo de texturas, alternando texturas suaves o lisas contra texturas ásperas o duras; complementando lo anterior, puede describir a su hijo la textura que está sintiendo (suave, rugosa, lisa, etcétera).

Las palmas de los pies también son un buen punto para dar masajes, pase el cubo de texturas en dirección de la punta hacia el talón y de regreso, luego pase solamente sobre los dedos, intentando pasar solo pos un dedo a la vez. Haga pequeños círculos concéntricos en el talón, en el empeine, en el arco y en los dedos.

Otra técnica es colocar la textura directo en la piel como si estuviéramos entintando un sello (solo que suavemente), tocando la piel y retirando el cubo de texturas.

Nosotros también podremos jugar con las diversas texturas e ir explorando las reacciones de nuestros pequeños para saber qué le gusta, qué le molesta, qué le da seguridad, qué curiosidad y qué risa.

Al momento de cambiarle el pañal es un momento ideal para aprovechar y dar masaje en las piernas, ya sea con las técnicas descritas anteriormente o pasando longitudinalmente el cubo de texturas en alguna de ellas  por sus piernas desde la parte superior hasta los pies.

Después del baño o en un cambio de ropa podemos aprovechar para dar masaje en pecho, panza y espalda. Es importante resaltar que la posición de boca abajo le es incómoda, sin embargo hay que explorarla e ir prolongando los tiempos en que los niños pueden estar en esa posición. El masaje les será placentero y promoverá que estén un mayor tiempo boca abajo. Para ir aumentando el tiempo en esta posición, es imprescindible que respetemos y escuchemos, de manera en que si se muestran incómodos, no prolonguemos mucho esta posición.

Para recuperar la movilidad de extremidades o en terapias de recuperación de movilidad facial se pueden utilizar también este tipo de técnicas fomentando en el mismo tiempo el habla, ya sea que el terapeuta cuente una historia real o ficticia o a la inversa, que el que recibe la terapia esté hablando.

Puede lavar a mano en lavadora con jabones especiales para bebés (neutro), para lo segundo, se recomienda colocar el cubo dentro de una funda de almohada (para evitar que se adhiera la pelusa de otra ropa) en ciclo delicado y dar un enjuague extra. Con detergentes convencionales use solo un cuarto de lo comúnmente usado y de un enjuague extra.

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