Además de enseñar a los niños y niñas sobre el trabajo en equipo, la paciencia y a ser una buena ganadora o un buen perdedor, los juegos de mesa tienen beneficios añadidos que se ven reflejados en el desarrollo pleno de las habilidades de todos los jugadores, no sólo de los más pequeños.

Aquí les ofrecemos una lista, que no es exhaustiva, de las maravillas que representan los juegos de mesa para nuestra especie.

1. Los juegos de mesa ofrecen oportunidades para el aprendizaje temprano.

Incluso los juegos simples ayudan a los jugadores jóvenes a identificar colores, contar espacios y desarrollar la coordinación mano-ojo y la destreza al mover cartas y piezas sobre un tablero. Habilidades tales como la memoria, la capacidad de retención, el desarrollo de estrategias, también se desarrollan y mejoran.  Además, aprender a esperar su turno y seguir las reglas son lecciones muy importantes que les  sirven a los niños fuera de la seguridad del hogar.

2. Ayudan a la “ardilla cerebral” de los niños más grandes, los adolescentes, los adultos, los abuelos y abuelas….de todos!

Los juegos de mesa son una manera fácil de fomentar el desarrollo saludable del cerebro en niños mayores y adolescentes. Los juegos de mesa de estrategia ayudan al desarrollo y “mantenimiento” de los lóbulos frontales del cerebro, que son responsables de las habilidades de las funciones ejecutivas, que incluyen planificar, organizar y tomar buenas decisiones. Todos queremos que eso sea más fácil para nuestros hijos…¡¡¡ y también para nosotros!!!

3. Mejoran  las habilidades del lenguaje.

Los juegos de mesa pueden ser una forma astuta de ayudar a los niños en edad escolar a trabajar en las habilidades con las que tienen dificultades. Por ejemplo, los juegos en los que los jugadores tienen que recordar varios datos a la vez (quién hizo qué y dónde) podrían ayudar a un niño que tiene problemas para comprender la lectura, todo mientras se divierte.

4. Agudizan el enfoque de su hijo.

Los juegos de mesa, cuando se juegan sin interrupciones, pueden ayudar a alargar la capacidad de atención de un niño. Evidentemente, para cosechar este beneficio, todos los jugadores deben comprometerse a jugar el juego hasta el final. Si tu familia se sienta para jugar Scotlandyard, anima a todos a comprometerse a completar un juego sin que nadie  revise su celular,  le pida a Alexa que toque una canción, encienda el televisor para ver las noticias, entre a su tableta a revisar su correo o hable con Siri. Terminar un juego de mesa sin interrupciones ayudará a los niños (y adultos) a entender que es posible mantener la atención en una tarea  no digital durante períodos de tiempo prolongados. Esto es ideal para entrenar la capacidad de atención de los niños, en un mundo lleno de distracciones digitales.

5. Enseñan el valor del trabajo en equipo.

Los juegos de mesa a menudo ofrecen a los niños mensajes sobre la vida: su suerte puede cambiar en un instante, para bien o para mal. Pero además de enseñarles que nada está garantizado, en el caso de los juegos de azar, los juegos de mesa son una buena manera de alentar a los niños de diferentes edades a unirse y trabajar juntos, algo que deberán hacer durante toda la vida. Forme equipos de niños mayores que trabajen con sus hermanos menores, con sus tíos o la abuela. Los niños siempre se benefician de observar y entender cómo los demás resuelven sus problemas y desafíos. Y cómo puede él o ella contribuir a esa resolución.

6. Los juegos de mesa son una alternativa a los regaños,  peleas y dramas.

La próxima vez que te encuentres pasando por un mal momento con uno de tus hijos, considera jugar un juego de mesa juntos en lugar de regañarlo o mandarlo a su cuarto. Los juegos de mesa sirven trabajar en la relación madre/padre-hijo/hija. También se pueden usar para aumentar la tolerancia a la frustración en un niño. En otras palabras, tomar turnos y practicar la paciencia durante un juego, incluso cuando las cosas no salen bien, puede ayudar a los pequeños a practicar respuestas más respetuosas que hacer berrinche y gritar.

7. Los juegos de mesa alivian la ansiedad social.

Pueden ayudar a los niños ansiosos a aprender a navegar amistades más fácilmente. Debido a que tiene estructura, los juegos de mesa pueden proporcionar una manera más fácil de construir relaciones interpersonales con sus compañeros, ya que el niño sabe lo que se espera de él. Para los niños que tienen dificultades para entablar conversaciones con otros, se recomiendan juegos que promuevan oportunidades estructuradas para conversar, como juegos de adivinanzas o misterios.

8. Les enseñan a los niños cómo ser  buenos perdedores.

A veces, al jugar con un  niño que tiene poca tolerancia a la frustración y para el cual perder es realmente difícil, nos vemos tentados a permitirle romper las reglas para tratar de que el juego sea más tolerable y divertido para él. Pero lo más adecuado en estos casos será elegir un juego que sea corto y en el que las reglas sean pocas y claras, para poder seguirlas al pie de la letra para que los chicos tengan habilidades para afrontar las dificultades y promover con ello el desarrollo de  su resiliencia.

9. Los juegos de mesa son una excelente manera de desconectarse.

La magia de los juegos de mesa, en esta época digital, es que siguen siendo una forma sencilla de obtener tiempo de calidad con la familia. Si se acuerda previamente, la noche familiar de juegos de mesa puede ser un “tiempo sin pantalla”. Pueden convertirlo en una cita familiar semanal, y luego en una tradición valiosa, con pizza o palomitas, en la que tendrán tiempo de interactuar de formas positivas y forjar recuerdos de experiencias, que es lo único que permanece con nosotros a lo largo de nuestra vida. Esto es muy relevante en estos complicados tiempos, en los que las familias estamos en una lucha constante para encontrar un equilibrio sano entre las conexiones digitales y la vida real. Los juegos de mesa proporcionan una herramienta invaluable para establecer conexiones emocionales significativas entre los miembros de una familia y con los amigos. Convierte la noche de juegos de mesa en una tradición familiar semanal y observa cómo todos los miembros de tu familia  se divierten, mientras sus habilidades cognitivas y sociales se desarrollan y las conexiones emocionales aumentan en calidad y profundidad.

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